Los aparatos nos oyen

No puedo más. Es que ya no solo es cuidar lo que uno busca en internet o redes, porque te viene la avalancha de información similar. Ahora es vigilar lo que uno habla, porque hay temas que estoy SEGURA jamás he tecleado y que me empiezan a acosar a través de la pantalla. Voy un paso más allá. Hay temas de los cuales ni siquiera he HABLADO, solo pensado y ahí están, en mi celular, que parece está ligado a mi cerebro gracias a una conexión telepática. Mejor lo dejo hast aquí, no vaya a ser que me aparezca publicidad de psicólogos o coaches para tratar la ansiedad.