Confesiones del tiempo previo al viaje y retos enfrentados a nivel físico durante el recorrido. El mejor chocolate con churros de la historia y la entrada triunfal a Santiago. Me sentí como una monarca que regresa a su reino luego de haber expedicionado por nuevos territorios y los ha conquistado. Un regreso triunfal al mundo real donde tocaba aterrizar e internalizar tantas vivencias y todo lo visto por mis ojos. Poder abrazar al Santo, no tuvo precio, no nos lo esperábamos y fue la más grata sorpresa. Retirar las credenciales de la hazaña, junto a tantos peregrinos de alrededor del mundo, todos rebosantes de alegría, fue otro momento inolvidable. No se pierdan la conclusión de esta historia, a través de la cual compruebo una vez más, que el verdadero viaje es hacia nuestro interior.