Todo evoluciona es cierto, y nuestra adicción por la inmediatez, saltarnos pasos y ahorrar tiempo nos consume. En este negocio, aunque vivamos en el universo digital y las formas de consumo, de formar comunidad, de transmitir un mensaje son muy diferentes a hace unos años, nuestra esencia de sentirnos únicos y especiales se mantiene intacta.
Donde se fueron las felicitaciones de cumpleaños que no son una historia de Instagram o un chat. Dónde están las notas de agradecimiento o simplemente las notas que acompañan un detallito que le compraste a una persona solamente porque lo viste y te acordaste de ella.
En qué momento la invitación a un evento de alto perfil terminó siendo una imagen de Whatsapp. Cuando se perdieron las carpetas de prensa con contenido espectacular en que las fotos y el diseño prácticamente te abrazaban. Ojo, estoy de acuerdo en eliminar papel para cuidar el planeta, pero es que simplemente no es lo mismo.
¿Te sabes las fechas de cumpleaños de tus clientes? ¿o por lo menos las tienes anotadas en agenda?. ¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un café o almorzaste con un editor o periodista para hablarle de un tema que manejas o agradecerle una muy buena publicación? ¿Cuándo fue la última vez que enviaste un detalle por el Día de la Madre, del Padre, aniversario de la empresa, inauguración de una nueva sucursal o adquisición de nuevas representaciones?
Hace rato, verdad? No dejemos que el mundo digital nos deshumanice y nos perdamos en la automatización e impersonalización. Vivimos en el, ha hecho nuestro trabajo más eficiente y nos ha llevado a fronteras insospechadas. No olvidemos nunca que los negocios se hacen entre personas, una relación armónica puede sostener un negocio, referir negocios nuevos e inclusive abrir las puertas en otras empresas si nuestro contacto decide cambiar su rumbo laboral. Un email o un chat o un post en instagram jamás reemplazará esto.



