O luna en sánscrito. Literalmente significa brillante, resplandeciente, reluciente. Profundamente asociada con la energía femenina, ejerce una gran influencia en nosotros, sabiéndolo o no.
Es responsable del movimiento de las mareas y pudiendo mover mares, cómo no va a mover a un simple ser humano que es 80% agua. Representa las emociones en nuestra carta natal al igual que a nuestra madre y su influencia.
Rige los ciclos menstruales y ni les hablo de la agricultura. Desde tiempos memoriales se sabe que la siembre se da en luna llena, el abono en cuarto menguante y se poda en luna nueva. Lo mismo con el cabello, cuarto creciente es el mejor momento para cortar si queremos que crezca rápido. Con ella recargamos nuestros cristales y muchas veces nuestro estado de ánimo se mueve a su ritmo.
Estas y mil cosas más les puedo contar de la luna en relación con nuestro diario vivir. Recién pudimos vivir dos eventos importantes, uno fue un eclipse total de luna, en el cual pudimos ver el aro rojo a su alrededor y al día siguiente tuvimos una majestuosa luna llena. Ambos momentos los vivimos en Iguazú.
Fue un momento de cierre de círculos, de cierre de ciclos. De decir adiós. Cada día siento como todo se aclara y que puedo entender la verdad, casi como la Matrix. Abriendo espacio a nuevas ideas, nuevas personas, nuevos hábitos. Todo en un marco de paz y regocijo.
Esta luna, creo que por la compañía y por el propósito del viaje en sí, nos sumergió a nuevas profundidades gracias a la meditación y la práctica del yoga. Lágrimas brotaron y se dijeron las palabras más sinceras y sentidas. Ella fue una más entre nosotros.
Apreciamos el olor a tierra mojada, en la que nuestros pies se enraizaron. Ancestros nos acompañaron en la práctica junto a un cañafístulo de 600 años, rodeado de otros hermanos centenarios. Real antena parabólica energética y de sabiduría, casi como los Ents de Lord of the Rings.
La innegable conexión intuitiva con la luna afinó aún más la certeza de que debemos evitar algo cuando no nos resuena, no lo sentimos correcto ni alineado. También exacerba nuestra capacidad de crear, generar, evolucionar, abrir caminos.
Acaba de ocurrir también el equinoccio de otoño en el sur y de primavera en el norte y tenemos otro eclipse en puertas, esta vez de sol. Para mi estos movimientos estelares representan una afirmación o un sello de validación a todo lo que hemos venido sintiendo.
Bueno, no les quito más tiempo. Solo les deseo que mantengan alta su vibración, no permitan que nada ni nadie drene su energía. Bájenle dos al ego, que tanto daño nos hace y que traten siempre de hacer el bien.
Si me ven pensativa es posible que esté conversando con la luna. Solo les pido que no me interrumpan, déjenme lunática que así quiero estar.
Om Chandraya Namaha.