Ustedes no me van a creer lo que les voy a decir. Escribí sobre mi salud no hace mucho y me pavoneaba, muy segura de mí, que mi cuota este año estaba saldada. PERO NO. Adivinen que, hoy entro nuevamente al salón de operaciones y ahora por una causa que jamás me imaginé.
Hace meses tengo un problema en mi oído izquierdo, por alguna razón está inflamado y produce un líquido transparente que se ha acumulado por dentro del tímpano. Luego del mega resfriado que me dio y que muchos están sufriendo en esta época, el problema escaló a niveles megatrónicos.
El punto es que he perdido el 40% de la audición en ese oído, aparte que siento que el tapón del Darién se queda corto a lo que tengo en mi cabeza. Estoicamente he vivido con esto, más el zumbido permanente, más el sonido de golpecitos que yo inventé eran de mi corazón, no se.
El corre corre es que este tímpano paralizado corre peligro de quedarse así de forma permanente si no lo libero. Aparte que me van a abrir el canal de la trompa de Eustaquio que según vi en el video, es inexistente actualmente por la inflamación. A pesar de corticoides inyectados. A pesar de todo.
Así que, toca destapar. Ya. Los que me conocen, saben que no me gusta hablar de mis temas de salud, porque quiero hacer tantas cosas, que en verdad no quiero saber ni pensar en enfermedades, tratamientos, causas y efectos. Pero no sé, mi cuerpo se empeña en recordarme que tengo que bajar la velocidad porque si no, el me obliga a frenar a su manera.
Y prometo escucharlo y creo que lo estoy escuchando, aunque parece que no lo suficiente. No se preocupen, que yo no les voy a mandar ni postear fotos de la venoclisis en el brazo, ni escribiré mensajes crípticos para que adivinen cómo estoy. Tengo poca tolerancia a los llamados de atención a través de esos medios. Yo les voy a contar.
Porque ustedes no saben, yo tengo un viaje programado mañana. Si. Y tengo permiso de la doctora para montarme en el avión. Y haré hasta donde el cuerpo me lo permita, como siempre. Porque la vida sigue y, como dijo mi hijo Alejandro en su último cumpleaños y conversamos las Ni Buenas Ni Malas en el episodio del edadismo, es un año menos que nos queda por vivir y lo tenemos que aprovechar.
Sorry por el desahogo, pero creo que a lo mejor alguno de ustedes puede estar pasando por lo mismo, ya sea en temas de salud, laborales, amorosos…así como que no pueden salir a la superficie a respirar. Bueno, mientras podamos seguir asomando la naricita para mantenernos a flote, estamos ganando una nueva oportunidad de no solo flotar más cómodamente, sino de navegar viento en popa hacia donde estamos destinados a dirigirnos.
Para referencia, hice un post en Instagram en la cuenta de @maricelescribe no hace mucho, que se tituló “Uno propone y Dios dispone”, justo cuando el resfriado satánico que me atropelló me llevó a urgencias y una bronquitis. Esa semana, recién regresaba de chequearme en cuello y tenía miles, pero miles cosas por hacer. No pude hacer casi nada, porque había días que no me pude ni parar. El mundo no se acabó, el sol siguió saliendo y yo comí demasiado chocolate en mi moridera. Eso fue bueno.
Nuevamente, la lección toca a mi puerta así, super peinadita y olorosa, parece que no aprendí y toca vivir un replay.
Señor Dios Todopoderoso, San Chárbel y Caridad. Les prometo que me voy a portar bien, voy a hacer caso y a bajarle dos. Pero ya denme un break, que el segundo libro no se escribe solo.